viernes, 29 de junio de 2007

El asesinato de los diputados II o el severo caso de la estupidez del gobierno Uribe y la estupidez de la guerrilla FARC.


Fotografías de diputados asesinados, de ellos solo uno sobrevive.
Foto: periódico El tiempo.

Alguien tiene el poder de salvar 11 vidas y no lo hace. Alguien estúpidamente estúpido, tiene el poder de salvar 11 vidas 100, 200 o miles y miles y no lo hace. Esto solo puede entenderse como un síndrome profundo del límite al que puede llegar la estupidez humana. Alguien que puede pasar a la historia como quien salvó miles de vidas, estúpidamente estúpido, ha elegido ser inmortalizado como aquel quien no hizo nada para salvarlas.
La benevolencia que sirve como referente ético para reafirmar el sentido del Estado Social de Derecho en Colombia, inutilmente, se ha desperdiciado nuevamente.
Van y vienen las imágenes de la tragedia anunciada. Primero aparecen los familiares en los medios manifestando su tristeza, indignación y rabia contra los asesinos: las FARC y el gobierno - elegido para proteger la vida de sus ciudadanos, paradójicamente. Después aparece la voz oficial encontrando “los verdaderos culpables” y desaparecen, como por arte de magia, las voces de las víctimas.
La voz oficial del gobierno, se empeña en encontrar los mas mínimos detalles que lo eximan de resposabilidad frente a lo sucedido. Ahora, manifiesta apoyo a los familiares de las víctimas, ahora que ya no se puede hacer nada para devolver la alegría del reencuentro entre madres, padres, hijos /as y esposos/as.
Las voces de las víctimas, después de cinco largos años de frustraciones, saben que son tan resposansables, quienes aprietan el gatillo, como quien cargado de sordera institucional, con una sola palabra, tuvo el poder de salvarlos, y no lo hizo. ¡Y no lo hizo! ¡Y no lo hizo!

Solidaridad con las familias en su dolor y libertad sin condiciones para lo demás rehenes y secuestrados.

Es inadamisible cualquier excusa,

¡Acuerdo humanitario ya!

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