viernes, 25 de abril de 2008

Fosas comunes parte 6

Documental sobre fosas comunes en Colombia parte seis.

Fosas comunes parte 5

Documental sobre fosas comunes en colombia parte cinco.

Fosas comunes parte 4

Documental sobre fosas comunes en Colombia.

Fosas comunes 3

Documental sobre fosas comunes en Colombia.

Fosas comunes

segunda parte de documental sobre fosas comunes

Fosas comunes

Primera parte de documental sobre fosas comunes

martes, 22 de abril de 2008

Finaciadores del paramilitarismo en Colombia y relación con Álvaro Uribe Velez

NO SOLO POR LA PÍRRICA MULTA DE E.U., SINO POR LA INACCIÓN COLOMBIANA

¡Indignados con Chiquita!

Claudia López. Columnista de EL TIEMPO.

Con razón ha causado gran indignación nacional el pírrico acuerdo al que llegó la bananera de Estados Unidos Chiquita Brands con la justicia de ese país, según el cual aquella será multada con 25 millones de dólares por haber pagado a los paramilitares 1,7 millones de dólares en 7 años (1997-2004).

Ninguno de los directivos que hicieron el acuerdo y giraron el cheque serán juzgados. Esos patrocinadores de asesinos seguirán fungiendo como empresarios; como pasa en Colombia. Me gustaría saber cómo habría juzgado ese mismo tribunal a una empresa estadounidense que pagara durante siete años 1,7 millones a un grupo armado talibán en cuyo radio de acción, casualmente, se asesinaran trabajadores estadounidenses. Pero si la indignación por la decisión estadounidense es de esas magnitudes, por la inacción colombiana debería ser infinitamente mayor.

En Urabá hay siete grandes bananeras. Cuatro colombianas: Uniban, Banacol, Sunisa y Bagatela. Y tres estadounidenses: Proban (Dole), Conserva (Del Monte) y Banadex (Chiquita). A partir del 2005, Chiquita le vendió sus negocios en Colombia a Banacol.

Desde hace meses hay una declaración confesa de alias 'el Alemán', según la cual todas las bananeras de Urabá les pagaban a los paramilitares a través de la Convivir Papagayo. Esta Convivir Papagayo, que sigue fungiendo todavía como una 'Cooperativa Especial de Vigilancia y Seguridad' legal, fue creada en 1997, el mismo año en el que Chiquita reconoce haber empezado a hacer pagos a los paramilitares. Esa Convivir fue, como muchas otras, promovida y creada en la gobernación del hoy presidente Álvaro Uribe, con la autorización del entonces Superintendente de Seguridad, Herman Arias, hijo del entonces presidente del gremio bananero Augura, José Manuel Arias Carrizosa.

La Convivir Papagayo acepta que recibe de las bananeras un pago de 3 centavos de dólar por caja exportada. Del año 97 al 2004, según datos de Augura, las bananeras de Urabá exportaron algo más de 472 millones de cajas. Es decir que por pago de cuota a la Papagayo, o sea a los paramilitares, los hicieron parte de la bicoca de 13,6 millones de dólares.

Chiquita participa aproximadamente con el 17 por ciento de las cajas exportadas. Se deduce, entonces, que entre el 97 y el 2004 debió pagar 2,3 millones de dólares a la Papagayo, de los cuales reconoció haber dado a los paramilitares 1,7 millones. Pero bueno, reconoció algo. ¿Y los demás qué?

¿No es acaso indignante que con varias declaraciones confesas, incluyendo la del jefe paramilitar de la zona y un juicio en Estados Unidos, ni el Gobierno ni la justicia de Colombia hayan abierto una sola investigación, ni mucho menos impuesto aunque sea la misma insignificante sanción de Chiquita a las demás bananeras?
Por el contrario, como en otros casos, los vinculados a la oscura maniobra son amigos y colaboradores del presidente Uribe. Nicolás Echavarría, quien exporta banano con Del Monte, otra multinacional que tiene el 8 por ciento de la exportación de Urabá, fue el embajador de Colombia ante la Unión Europea en el primer mandato presidencial y la mano derecha del bananero y presunto jefe paramilitar de Urabá, conocido con el alias de 'Pedro', Emilio Hazbún, pujante promotor de la reelección presidencial.

El apoyo de las bananeras a los 'paras' no se redujo a la financiación, sino que incluyó el tráfico de armas. Por el puerto de Turbo, y sólo en un reconocido caso, Carlos Castaño introdujo 3.400 fusiles y 4 millones de cartuchos. Un diligente miembro de la Interpol investigó el hecho y lo denunció ante el director del DAS.
Lo que no sabía el investigador es que había entregado el informe a Jorge Noguera, todo indica que vinculado con los paramilitares.
La investigación, obviamente, nunca prosperó. Pero, claro, lo indignante es que sólo la justicia estadounidense haya juzgado a una bananera e impuesto la pírrica sanción de 25 millones de dólares. Lo demás son logros de la seguridad democrática.


Claudia López

martes, 8 de abril de 2008

martes, 4 de marzo de 2008

Crímenes del paramilitarismo en Colombia

'Paras' usaron serpientes venenosas para matar a sus víctimas, reveló desmovilizado a la Fiscalía


Foto: Alfonso Cervantes / EL TIEMPO
José Gregorio Mangones Lugo, alias 'Carlos Tijeras', comandante del bloque 'William Rivas' de las autodefensas. 'Carlos Tijeras' aseguró que la orden de hacerlo la dio 'Jorge 40' en el 2003. Dijo que se acudía a este método cuando mataban a más de tres personas para que no se contabilizara como masacre.

"Como el Derecho Internacional Humanitario dice que después de tres muertos se habla de masacre, el propósito era que no nos achacaran tantas masacres, entonces utilizábamos culebras, y estas muertes se contaban como accidentes de la naturaleza", le dijo José Gregorio Mangones Lugo, alias 'Carlos Tijeras', a la Fiscal Deicy Jaramillo.

"Pero había masacres que teníamos que hacer, por eso se usaron las culebras. También levantábamos una o dos víctimas y la llevábamos a otro lugar distante del primer hecho para que apareciera como otro caso, pero esto era doble trabajo para el personal, y recurrimos a las culebras", agregó con voz serena.

Paradójicamente, Mangones dijo también que el número de masacres que podía hacer su grupo no le preocupaba tanto con respecto al Derecho Internacional Humanitario, sino por respeto a la sociedad, a las comunidades.

"No quería aparecer dando de baja a mucha gente en unas comunidades que ya nos habíamos ganado", agregó.

'Carlos Tijeras' mantuvo durante la audiencia de ayer un contrapunteo con la representante del ministerio Público, Diana Cardona, quien lo requirió dos veces para que no utilizara la frase 'dar de baja'.

"Usted estaba en un grupo al margen de la ley, y según el Código Penal eso a que se refiere es un homicidio, un asesinato. Por favor, cuando se refiera a homicidios no diga dar de baja, eso es ofender más a las víctimas", le dijo la funcionaria.

Tijeras respondió que él no se consideraba un sicario a sueldo (sic).

"Yo tengo mis principios, mi ideología de autodefensa y no voy a cambiarla, por lo tanto siempre hablaré de dar de baja. Si antes usaba las armas, ahora utilizo las ideas", precisó el ex paramilitar.

Mangones Lugo reconoció en la diligencia de ayer 400 homicidios, que se suman a los 320 que admitió en la versión pasada.

El 'Bloque Norte' al que pertenecía 'Tijeras' y que operaba en los departamentos de la costa Atlántica, contabiliza 18.000 víctimas, el mayor número de todos los grupos de autodefensas que operaron en el país, dice un informe de Fiscalía.

Otros crímenes atroces revelados por desmovilizados

Como antecedente a lo dicho ayer por 'Tijeras' está la versión de John Jairo Esquivel Cuadrado, alias 'El Tigre', contra quien pesan tres condenas de 40 años cada una, por tres masacres.

'El Tigre' reconoció que descuartizó víctimas y las tiró al río Cesar. "Nos tocó coger a mucha gente, picarla, y lanzarla al río... eso lo hacíamos para no calentar la zona, para que no llegara la Fiscalía, la Policía o el Ejército a averiguar cosas y nos dañara el funcionamiento".

Aceptó que daba las órdenes, y que en otras actuó personalmente. Explicó que 'picar gente' consistía en "dar de baja a enemigos, luego descuartizarlos y botarlos al río Cesar".

Wilson Salazar Carrascal, alias 'El Loro', dio muerte a garrotazos a la candidata a la alcaldía de San Alberto (Cesar) Aída Cecilia Lasso.

En el mismo hecho (21 de junio de 2002) mataron a la hija de esta Cindy Paola Rendón.

El mismo 'Carlos Tijeras' reconoció ayer que ordenaba muertes diciendo. "Me trabajan con silenciador", que significaba utilizar armas cortopunzantes.

También admitió que mató "a más de uno" con un palo que cargaba en su escondite.

ROBERTO LLANOS RODADO
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
BARRANQUILLA

martes, 18 de diciembre de 2007

Golpes en el rostro, expulsiones de mi casa y otras amenazas


Fotografía tomada por Comunidad de Paz San José de Apartadó

El viernes 23 de noviembre a las 7 a.m. en la vereda Arenas Altas miembros del ejército detuvieron a Efren Espinoza Goes, un niño de 10 años de nuestra comunidad. Allí lo comenzaron a golpear; por más de 15 minutos le dieron puños en la cabeza, cachetadas, lo tiraban al suelo, le decían que lo iban a matar si no decía donde estaba la guerrilla, le pasaban una navaja por los dedos y le decían que los iban a cortar para que no volviera a disparar y ya no podría ser más un guerrillerito. Le dijeron que la próxima vez lo mataban y lo soltaron. El niño se encuentra bastante golpeado; su cara y su cabeza están inflamadas después de las torturas recibidas por el ejército.

El sábado 24 de noviembre a las 3 p.m. en la zona del Mariano, ubicada a quince minutos de San José, miembros del ejército no dejaron ingresar a Fabio Graciano a su casa.Fabio es miembro de nuestra comunidad y fue golpeado y maltratado por el ejército. Le dijeron que se olvidara de su casa y se fuera de la zona, de lo contrario lo asesinaban.

El sábado 24 de noviembre hacia las 5 p.m. paramilitares, con arma larga y vestidos de camuflado, que permanecen en Nueva Antioquia le dijeron a cinco personas de la Esperanza y Playa Larga que tenían que abandonar la zona porque en dichas veredas iban a realizar una masacre, les dijeron que estaban hablando muy en serio, que ya en Nueva Antioquia llevaban cuatro muertos en 10 días y que con ellos no se jugaba. Los paramilitares andan libremente en medio de la policía y el ejército. Efectivamente los paramilitares han asesinado en la última semana a un anciano, dos mujeres y un joven cuyos nombres desconocemos.
Es evidente la perpetuación de muerte que pretende hacer el Estado desde su accionar de tortura, arbitrariedad e implementación del paramilitarismo. Las torturas contra un niño de nuestra comunidad muestra su degradación e ilegitimidad. Las amenazas de una masacre por los paramilitares contra gente de nuestra comunidad en la vereda La Esperanza se hacen cada vez más evidentes con el apoyo de la fuerza pública.

Llamamos a la solidaridad nacional e internacional para exigirle al estado el cese de estas acciones de tortura contra miembros de nuestra comunidad y que constituyen un crimen de lesa humanidad. Hacemos un llamado para exigir que la masacre anunaciada por los paramilitares, con apoyo de la fuerza pública, nose realice. La comunidad no dará un paso atrás ni retrocederá. La tortura, la muerte, las amenazas no conseguirán que cedamos ante los asesinos y su lógica de exterminio. La comunidad no se desplazará de La Esperanza por el contrario seguiremos en la defensa de nuestra tierra y por ello seguimos en la preparación del retorno a Mulatos el próximo 21 de febrero de 2008.

COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADO

Noviembre 26 de 2007

jueves, 22 de noviembre de 2007

La línea azul


Todos los días a las 7.00 am levantados. Todos los días a la misma hora ya no suena el despertador sino el teléfono móvil. Todos los días a la misma hora me empeño en reproducir y fabricar este mundo que me limita y me abre ventanas y puertas. Entre mi puerta y la puerta está el calor. Entre la puerta y la puerta está lo trazado y lo conocido en el afán de las personas -en las velocidades de sus cuerpos y en el esmero del objetivo a conseguir- o la deriva de quien ya no los tiene y simplemente vá. En la puerta y después del paso obligatorio ella va y se sienta. Se sienta por fuera de la línea azul y es corregida. Tiene un mes- tenemos- de persistentes correcciones, en la hora precisa y en el espacio preciso. A la misma hora, los tres caminan como cuerpos coordinados. Hoy se ha sentado sobre la línea azul, me da alegría, pero también una profunda tristeza.
Las ventanas parten nuestros cuerpos y dividen nuestros rostros en pequeños cuadritos, en el que los ojos se asoman, otra vez como entre ventanas, brillantes y derritiendose en el frío, con las manos en el aire se despiden, los besos vuelan, se delizan desde la palma de nuestras manos hasta sus pequeños rostros, nos hemos quedado allí, hasta el final de este ritual diario y de sentimientos encontrados, que se cierra cuando la puerta se cierra. Algunos vemos como vuelan, algunos vemos como en el acto de volar, también son recortadas sus alas. La línea azul la esta esperando. Y yo espero, para ver como es pintada en mil colores, transformada en un bello óvalo o en cualquier forma inimaginable.

martes, 21 de agosto de 2007

La metáfora equivocada - divagaciones


Estaba pensando, que una caja oscura, no es la mejor metáfora para invitar a alguien a tu casa, nadie quiere ir a una caja oscura. Para la menera como pensamos actualmente y con una vigencia aún de la búsqueda de un pensamiento ilustrado, que nos libere de la ignorancia y obscurantismos - en una época, en que paradójicamente, lo ilustrado se traduce en lo mas tenebroso, peligroso y mortífero que hemos parido como proyecto de humanidad -, la caja oscura, definitivamente no es buena oferta. Acostumbrados a detestar hasta la saciedad el negro, lo oscuro y las tinieblas, y también la muerte - . con todo, que sea la oportunidad, para reivindicar la importancia de la existencia del negro.

jueves, 26 de julio de 2007

Abuelita, por qué es tan buena el agua aserenada?

Hijo, el agua aserenada es buena porque tiene la dulzura y la claridad de la luz de las estrellas.


Mientras miro el fuego, recuerdo los ojos de mi abuela y la mirada dulce que siempre tenia, la cual se endulzaba mas cuando me contaba historias o me daba consejos. Recuerdo su rostro sonriente mientras con un cucharón de palo revolvía el café, cuando este empezaba a hervir, pangaba el anjijibre y le echaba un pedazo de panela. Estos recuerdos son tan fuertes que suelo sentir el olor del café, que llenaba toda la cocina cuando empezaba a hervir.

Decía mi abuela que las historias sagradas solo pueden ser contadas en la noche, porque en la noche habla el corazón y desde el corazón, la Madre saco las historias para dársela a sus hijos. Para que sus hijos desde el corazón las recuerden y mantengan la armonía del universo contándolas y viviéndolas como ella las dejó. Y desde el corazón hablaba mi abuela, por eso cada una de sus palabra era dulce como la panela que utilizaba en el café, por eso, entraba de manera suave a mi mente y al corazón.

Alguna vez me dijo que en muchos pueblos indígenas se designaba "alma y palabra" con el mismo termino, que por eso las palabras debían ser verdaderas porque eran como el alma y para mi abuela, el alma es transparente. Decía también que la verdad no se puede callar y hay que decirla, porque si no la decimos le estamos mintiendo a la Madre y ella se pone triste o se puede enojar con nosotros (creo que por eso siempre estoy en problemas).

Esas palabras de mi abuela las recordaba a principios de este año, cuando tuve la oportunidad de asistir a la posesión de un Gobernador indígena y escuche como el nuevo Gobernador, juraba defender la comunidad así fuera con su propia vida, estoy seguro que así seria, porque, por mucho tiempo los indígenas, protegidos solamente con un bastón de mando o con un poporo han sido capaces de defender su tierra, su comunidad y a su gente. Y esta fidelidad a la palabra y al compromiso que asumen lo que ha llevado a muchos de estos lideres a la tumba. Como olvidar a Kimy Pernia Domicó o a Freddy Arias y a muchos más, que por estar denunciando los atropellos cometidos a sus comunidades fueron asesinados. es la hora y aún el gobierno no responde por estos crímenes, diciéndonos donde están los culpables e imponiéndoles el debido castigo. Mientras pienso esto, recuerdo las palabras de mi abuela.

Hoy en día, siento tristeza cuando escucho o miro en la radio y la televisión, o leo en los periódicos las declaraciones de muchos políticos y dirigentes del país diciendo que no hablaron porque tenían miedo. No siento mas que pena por ellos, porque no fueron capaces de defender a las personas que con su voto los llevaron al cargo que hoy ocupan y ese silencio ha dejado a muchos hogares y familias destruidos y ha convertido a todo el territorio colombiano en un gran cementerio donde yacen muchos cuerpos de personas que confiaron a través del voto su vida a un dirigente político que hoy la única excusa que argumentan es el miedo a los paramilitares o decir que no sabían de la situación que sus comunidades estaban viviendo, como alguna ves escuche decir a algunos dirigentes políticos del Departamento del Cesar y Valledupar "nosotros no sabíamos que a los kankuamos los estuvieran matando", esto es difícil de creer cuando los asesinatos en su mayoría fueron cometidos a 15 minutos de Valledupar o que puedo pensar de los senadores que nunca fueron capaces de denunciar esos hechos y tienen hoy el descaro de decir que siempre han sido serios y honestos. La abuelita me repetía siempre, "no puedes decir que eres serio y honesto, sino eres capaz de denunciar la injusticia que ocurre frente a mis ojos".

A pesar de toda la mentira y engaño que existe en el país, mi abuela, me recomendaba que nunca perdiera la esperanza y la capacidad de soñar. Porque la persona que no sueña, es una persona que pierde la alegría de vivir, y los sueños solo son posibles construirlos desde la alegría que produce la capacidad de compartir. Pienso que esa alegría de compartir era lo que hacia que los ojos de la abuelita brillaran, cuando nos contaba las historias guardadas en su corazón, historias que son para mi el tesoro mas valioso que tengo y que es el único tesoro que la violencia no me podrá quitar y no me la podrá quitar porque siempre habrá en este país un lugar hermoso y los lugares hermosos son mágicos y todos los lugares hermosos son una puerta para entrar a Kankumia... Kankuamia, la ciudad invisible de la memoria y la alegría, la ciudad transparente como el alma y como debe ser la palabra, la ciudad donde hablan y habitan las historias de los abuelos que hablan desde el corazón y con el corazón lleno de generosidad; generosidad que nos regaló la Madre cuando les dejo a los primeros hombres sus historias y les encargo que las contaran siempre en las noches, para que asi las palabras fueran endulzadas por la dulce luz de las estrellas y tuvieran la tranquilidad que trasmite la luz de la luna para de esta manera ir armonizando el corazón de las personas y sobre todo el corazón de la Madre que hoy tanto lo necesita por la indiferencia que el hombre experimenta hacia ella.
(Autor: Daniel Maetre Villazón, desde KANKUAMIA)

Tomado de este sitio

lunes, 23 de julio de 2007

Imágenes de mi país o el barco de la locura expulsado una y otra vez de cada puerto.


Foto: periódico El tiempo

Asi, soy de un país efímero
Construido en respetuosas reuniones
Cuya utopia gira y se debate
entre la muerte y el lucro, el lucro y la muerte
En el que los sueños se evaporan entre plomos calientes
Y en la historicidad condensada en cada segundo
En esta soledad , de ausencias y tristezas,
También la vida araña la muerte.

sábado, 30 de junio de 2007

Al otro lado de la ausencia, las palabras que no fueron escuchadas y la que aún sostienen la esperanza

Patricia, mi amor,
mi penélope tejía atardeceres
perseverante desde el alma
con hilos de esperanza y puntadas de dolor
durante eternos años confesionó una manta de colores
tan armoniosa y larga como el arcoiris
amarillas alegrías, anaranjados silencios
verdes soledades, insomnios azulados
fucsias ilusiones, pasiones escarlatas, lágrimas violetas
y hasta grisáceos temores
reflejaba la enorme frazada con la que cada noche cubría el alma de su esposo secuestrado
al otro lado de la ausencia, en la nostálgica intemperie
yo, el Ulises de sus sueños, me abrigaba en sus recuerdos.

viernes, 29 de junio de 2007

El asesinato de los diputados II o el severo caso de la estupidez del gobierno Uribe y la estupidez de la guerrilla FARC.


Fotografías de diputados asesinados, de ellos solo uno sobrevive.
Foto: periódico El tiempo.

Alguien tiene el poder de salvar 11 vidas y no lo hace. Alguien estúpidamente estúpido, tiene el poder de salvar 11 vidas 100, 200 o miles y miles y no lo hace. Esto solo puede entenderse como un síndrome profundo del límite al que puede llegar la estupidez humana. Alguien que puede pasar a la historia como quien salvó miles de vidas, estúpidamente estúpido, ha elegido ser inmortalizado como aquel quien no hizo nada para salvarlas.
La benevolencia que sirve como referente ético para reafirmar el sentido del Estado Social de Derecho en Colombia, inutilmente, se ha desperdiciado nuevamente.
Van y vienen las imágenes de la tragedia anunciada. Primero aparecen los familiares en los medios manifestando su tristeza, indignación y rabia contra los asesinos: las FARC y el gobierno - elegido para proteger la vida de sus ciudadanos, paradójicamente. Después aparece la voz oficial encontrando “los verdaderos culpables” y desaparecen, como por arte de magia, las voces de las víctimas.
La voz oficial del gobierno, se empeña en encontrar los mas mínimos detalles que lo eximan de resposabilidad frente a lo sucedido. Ahora, manifiesta apoyo a los familiares de las víctimas, ahora que ya no se puede hacer nada para devolver la alegría del reencuentro entre madres, padres, hijos /as y esposos/as.
Las voces de las víctimas, después de cinco largos años de frustraciones, saben que son tan resposansables, quienes aprietan el gatillo, como quien cargado de sordera institucional, con una sola palabra, tuvo el poder de salvarlos, y no lo hizo. ¡Y no lo hizo! ¡Y no lo hizo!

Solidaridad con las familias en su dolor y libertad sin condiciones para lo demás rehenes y secuestrados.

Es inadamisible cualquier excusa,

¡Acuerdo humanitario ya!

jueves, 28 de junio de 2007

Diputados del Valle


Juan Carlos Narváez
Jairo Hoyos
Alberto Quintero
Edinson Pérez
Héctor Arizmendi
Javier Giraldo
Ramiro Echeverri
Rufino Varela
Carlos Charry
Carlos Barragán
Nacianceno Orozco




La estupidez de quienes manipulan nuestras vidas a través de las armas, nuevamente ha generado dolor en Colombia. Once diputados de la asamblea del Valle que permanecían como rehenes de la guerrilla, han sido asesinados en Colombia: los resposables: el presidente Alvaro Uribe Velez y la guerrila de las FARC. Durante cinco largos años, los familiares utilizaron todos sus esfuerzos para promover un intercambio humanitario - reconocido dentro del bloque contitucional como mecanismo legal - que facilitara la liberación de las personas que permanecían como rehenes. Sin embargo, la negligencia del gobierno actual y de la guerrilla de las FARC, terminó en lo que todos los familiares temían, el asesinato de sus seres queridos.

"Ambos son responsables. Son absolutamente indignos, en sus manos tenían de devolvernos con vida a nuestros seres queridos y no hicieron lo necesario. Rogamos, suplicamos y volvimos a rogarle al Presidente Uribe pero no nos escuchó, nada lo conmovió. Prefirió seguir con su orgullos y sus estrategias".

"ni el Presidente ni las Farc tienen corazón. No sienten nada, nos tienen el corazón partido, por su intransigencia se perdieron 11 vidas, dejaron a mi sobrina sin su papá. Se nos acabaron las razones para seguir luchando, nos negaron la posibilidad de abrazar de nuevo a nuestros familiares. Uribe y las Farc son unos asesinos".

"Mi madre no se ha enterado de esta tragedia. No sé cómo se lo voy a decir. No es justo después de tanto luchar saber que Uribe nos mató a mi hermano y a sus compañeros. Fue muy intransigente".

"Han sido cinco años de mucho dolor y angustia, que se aumentaba cuando el presidente Uribe ordenaba los operativos. Saber esta situación ha provocado un shock a mis hijas que no aceptan esta información.

Video sobre solicitud de los familiares y secuestrados para realizar el Acuerdo Humanitario

Y que mas escribo?


Cuando dejo de escribir por un largo tiempo, me encuentro - a mi mismo - con el límite y la pregunta que gira en torno a la utilidad de lo que hago con este blog. Me digo que la pregunta sobre la utilidad no tiene mucho sentido, no todo tiene que ser útil. Sino que el sentido está precisamente ahí, en el sentido de lo que escribo. Es decir, en la necesidad profunda del decir y de manifestar lo doloroso que me resulta ver como la muerte y la injusticia gobiernan la vida de miles de niños, niñas,jóvenes, hombres y mujeres en mi país...y en muchos otros lugares del mundo, no se si encuentre mis referentes de manera persistente, también en esas otras realidades. Encuentro en mis archivos decenas de post sin publicar, me intereso mas en publicar y difundir las historias de los otros muertos y muertas. Parece como si tuviera dos blogs paralelos sobre aspectos fundamentales de mi vida, el que se escribo en los archivos de mi computadora y el que se deja devenir en lo efímero de la internet, con extraños visitantes que llegan de manera aleatoria o por accidente. Debo confesar que siento un enorme cansancio al escribir, cada muerte parece una historia repetida una y otra vez y la inevitable percepción de "nada pasa", de impotencia y de culpa por sentir que no pude hacer nada para impedirlo. Quizás, porque de manera ingenua, sienta que pueda ayudar a alguna cosa. La verdad, en el fondo, tengo la certeza de que al único que puedo salvar es a mi propio. Por lo menos salvarme de mi silencio. Y sin embargo, es inevitable estar referenciado en los otros, las otras, que me duelen, como a mi propio.

sábado, 16 de junio de 2007

Justicia en Colombia


Jueces y personas funcionarias en Colombia, generalmente de la rama judicial, se enfrentan constantemente a presiones por parte de grupos armados: militares, paramilitares, guerrillas o delincuencias, para que abandonen los casos, se falle en favor de los criminales y no se ejerza la justicia que las víctimas necesitan.

La Corte determinó que Colombia violó los derechos a la libertad personal, a la integridad personal y a la vida, a las garantías judiciales y a la protección judicial, tanto de las víctimas como de sus familiares, consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Como resultado de estas violaciones, el Tribunal decretó que el Estado debe activar y completar la investigación de la masacre con el fin de juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales. La sentencia de la Corte Interamericana constituye un aporte significativo en la búsqueda de justicia, verdad y reparación de los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre de la Rochela.
Este caso se refiere a una masacre cometida, en enero de 1989, en el corregimiento de “La Rochela”, departamento de Santander, en la cual murieron 12 personas y sobrevivieron 3. Las víctimas, todos funcionarios judiciales, estaban investigando, entre otros crímenes, la masacre de los 19 comerciantes, caso que también analizó la Corte Interamericana en julio de 2004. La Corte consideró que la masacre se dio en un contexto de violencia contra funcionarios judiciales, y bajo leyes que permitieron la creación de grupos de autodefensa que posteriormente se convirtieron en paramilitares.
Si bien el Estado colombiano reconoció su responsabilidad en estos hechos y existen testimonios que involucran la participación activa de agentes estatales en los mismos, no se han registrado avances en la investigación y sanción de los responsables de la masacre.

martes, 12 de junio de 2007

Mario Calderón, Elsa Alvarado y Carlos Alvarado




Fotos aquí
El 17 de mayo de 2007 se cumplieron 10 años del asesinato de Mario Calderón, Elsa Alvarado y su padre Carlos Alvarado. Mario y Elsa, pareja, trabajaban como investigadores sociales del CINEP, organización que trabaja en Colombia en defensa de los Derechos Humanos. La impunidad continúa sobre este caso como sobre los casos de un número inmenso de Colombianas y colombianos víctimas del comercio de la muerte y las violencias que consumen el país.

Video 1 aquí
video 2 aquí

lunes, 11 de junio de 2007

Paramilitarismo en Colombia

Documental realizado en el año 2004, que en dos partes, aborda la problemática del paramilitarismo en Colombia.



jueves, 7 de junio de 2007

Juliana, Martha, Lucrecia y Susanita


Llegaban temerosos, con la cabeza gacha y hablando en voz baja, pero después de los hallazgos empezaron a recordar: “El Personero siempre nos dijo que si queríamos vivir no denunciáramos”. En esas apareció una mujer llamada Nancy Galárraga, y de su mano su sobrina de seis años. Suspiró más de una vez, al final tomó fuerzas, y así explicó su caso: “Fue el 1º de enero de 2000. Con mis hermanas fuimos citadas a ‘La Marranera’ por el comandante Asprilla. Y el hombre me dijo que no me preocupara, que regresara y que las muchachas volvían más tarde. Nunca lo hicieron”.
Desde ese primero de enero sigue esperando a Juliana, de 23 años; a Martha y Lucrecia, mellizas de 18, y a Susanita, de 13. Y desde ese día quedaron huérfanos tres niños. Todos en La Dorada recuerdan el caso de las hermanas Galárraga. “Eran muchachas muy alegres, salían los fines de semana a los ríos, a vender comida en los paseos”.
La madre estuvo al borde de la locura porque además de arrebatarle a sus hermanas, los paramilitares le quitaron la casa. Sin embargo, todos los días, durante el tiempo que aquellos se pasearon por el pueblo a la vista de todos, no dejó de preguntarles a los comandantes por la suerte de sus hijas.
El día de las excavaciones, medio pueblo estaba pendiente de las Galárraga.
Relato completo aquí

miércoles, 6 de junio de 2007

Contré l'impunitè dans les comunnautés de paix em Colombia

Video sobre apoyo de ciudadanos Franceses a Comunidades de Paz en Colombia.

martes, 5 de junio de 2007

Aquarela

En una hoja cualquiera yo dibujo un sol amarillo
y con cinco o seis rectas es fácil hacer un castillo
si una pizquita de tinta cae en un padacito azul de papel
en un instante imagino una linda gaviota que vuela en el cielo
va volando
contornando la inmensa curva norte - sur
voy con ella
viajando
pinto un barco a vela que va navegando entre el cielo y el mar en un beso azul

Renunciar a "ser" Colombiano: una carta para Fernando Vallejo o la interminable historia de odios y amores II


Pintura en www.jmkintana.com

Recibí, esta semana, la noticia de que habías decidido renunciar a la nacionalidad colombiana.

Asistí por la prensa al previsible desfile de ingratos que se regocijaban con ello y que pretendían despedirte por la puerta de atrás, pero no sentí verdaderamente tristeza. Y no la sentí porque para mí tú no dejarás nunca de ser colombiano.
Si la nacionalidad fuera, como piensan los burócratas y los estados, unos papeles, unos sellos, unas certificaciones de funcionarios, tal vez sería fácil renunciar a ella, pero en tu caso, afortunadamente, no lo veo posible. La patria está en los huesos de los muertos que amamos, en la luz que cae sobre unos guaduales, en unas piedras, en unas cañadas, en un bolero que suena en una cantina a medianoche, en el modo como se destiló nuestra sangre, en el modo como nos subieron la fiebre unos cuerpos perdidos, en una puerta, en una esquina, en un perro y un pájaro que se volvieron tierra antes que nosotros, en ciertos recuerdos irrenunciables, en ciertos sufrimientos irremediables, en el modo como se imprimió en nosotros la lengua natal, que es, como dice mi amigo Mario Flórez, "no la lengua en que uno aprendió a hablar, sino la lengua en que uno aprendió a callar".
Tu condición de colombiano está demasiado impregnada en tu carne y tu sangre, no es solamente la manera de hablar y de escribir, esa remembranza de ciertas canciones, de ciertos lugares, ese amor desesperado por un mundo que solo te ha sido concedido bajo la especie melancólica de la nostalgia, sino en tu manera de ser. Hasta la decisión de renunciar a la nacionalidad, de impugnar a la mala patria por sus crueldades, sus torpezas, sus extravíos, sus crímenes, sus estulticias y sus mezquindades, todas esas cosas, aunque muchos lo nieguen, son colombianas.
Borges contaba que una vez, recorriendo los parques de Bogotá, le preguntó a su guía, un profesor de la Universidad de los Andes, de quién era una estatua de mármol que había ante ellos, y el profesor le contestó: "No sé, pero ha de ser de algún prócer; porque en este país hay muchos próceres y muy pocos héroes".
Borges quedó sorprendido de ese espíritu crítico e irreverente de los colombianos, y afirmó que era muy difícil que un argentino, por ejemplo, fuera capaz de burlarse así de las solemnidades de su patria. Colombia tiene muchos defectos pero tiene algunas virtudes y una de ellas es su capacidad no solo de criticarse sino de odiarse a sí misma, de desgarrarse entre un amor inmenso y un odio infinito por su destino. A ti te ha tocado ser en nuestro tiempo la encarnación de esa alma escindida: no puedes ser colombiano, moralmente no puedes serlo, pero al mismo tiempo no puedes dejar de serlo, porque no hay nada en ti que sea de otra parte.

Incluso, yo diría que hay muchos escritores colombianos que son mucho menos colombianos que tú. Tú no tienes que esforzarte para lograr que el acento de tu tierra, la manera de organizar las palabras, el vocabulario, los giros verbales, sea para nosotros perfectamente reconocible, en tanto que no siempre la manera de hablar de los mexicanos, o de los argentinos, o de los españoles, te llega al alma. A veces hasta te parece que muchos mexicanos son como extraterrestres, y solo con algunos de ellos logras tener un entendimiento total. En cambio no hay colombiano, por rudimentario que sea, por salvaje, ay, que sea, que no esté conectado contigo a través del tejido del lenguaje, con una minuciosidad abrumadora.
Y tal vez de allí viene el dolor, porque cuando uno se identifica tanto con un mundo, con un país, con una provincia, con unos seres humanos, no puede dejar de percibir todo lo que hay en ellos de inexplicable y de atroz. No es que en México no haya crímenes, es que a ti no te duelen tanto, no te sientes tan comprometido por ellos, no te sientes tan obligado a reaccionar contra ellos, a censurarlos, a maldecirlos; no es que en México la Iglesia no sea también un aparato hábil en contubernios con el poder y en ignorancia supersticiosa y culpable ante dramas terribles de la época como la bomba demográfica o en indiferencia ante el sufrimiento de los animales; no es que los españoles no hayan encarnado un odio criminal durante los años de la guerra civil, no es que los alemanes no hayan sido capaces de matar en cinco años a muchos más seres humanos de los que los colombianos somos capaces de matar en un siglo.
Se trata de algo más perturbador y más conmovedor, se trata de que a ti te duelen más íntimamente el millón de colombianos que han muerto en un siglo en nuestros espantosos conflictos políticos, y a manos de delincuentes y mafiosos, que los cuatrocientos mil chinos que los japoneses mataron en una semana en el desembarco de Nankín, o que el millón de españoles que los españoles mataron en tres años, o que los diez millones de seres humanos que los alemanes mataron en cinco años, o que los cincuenta millones que la tecnología de guerra de las grandes potencias mató de un modo casi industrial en los seis años de la Segunda Guerra Mundial.
No puedes dejar de ser colombiano, Fernando, porque en el mejor de los sentidos posibles tú bien podrías ser el más colombiano de todos: defendiendo esta tierra contra los ladrones de tierras, sean guerrilleros o paramilitares o terratenientes, defendiendo la lengua contra la ignorancia y contra la torpeza, defendiendo la vida contra los asesinos, defendiendo la vehemencia y la pasión contra la estulticia y la conformidad, y la inteligencia contra el fanatismo, y el conocimiento contra la ignorancia. Creo que solo tú entre cuarenta millones de colombianos se ha tomado en serio ese lema de Libertad y Orden que hay en el escudo colombiano. Asumiste desde el comienzo el culto extremo de la libertad, hasta el punto de hacer pensar a muchos que eres anarquista, y el culto extremo del orden, que te lleva a censurar todas las confusiones y las incoherencias y las brutalidades de nuestra política y de nuestra vida social, haciéndoles pensar a otros que eres un ultraconservador.
Yo pienso que eres un hombre lleno de pasión y de lucidez, de originalidad y de elocuencia, indignado por la pasividad con que Colombia se deja matar, por la docilidad con que Colombia se deja robar, y por la estupidez con que Colombia se deja arrastrar por el discurso de sus verdugos. Pienso que no te prohíbes sentir y responder, con indignación y con furia, ni darle unas cuantas bofetadas a la patria postrada para ver si reacciona. Colombia hasta ahora ha sido esa madre sorda que no se deja conmover por los gritos de indignación de su hijo, que sigue impávida como si nada pasara, pero en el fondo lo que dices llega a donde debe llegar, y es mucha la gente que en Colombia, y en el mundo, te está escuchando.
Me alegra que no puedas dejar de ser colombiano, porque tu voz es una de las pocas cosas dignas que quedan todavía en Colombia. Pones a prueba nuestra capacidad de convivir con los que piensan distinto; nos recuerdas con ejemplos que la democracia consiste en que cada quien tenga derecho a decir absolutamente lo que quiera mientras sus opiniones sean expresadas con claridad, con firmeza, con convicción, y estén abiertas a la polémica, a la contradicción, a la refutación. Como es habitual, alguna gente prefiere la comodidad de acallar al trabajo de refutar, y vemos el espectáculo grotesco de un montón de personas que sienten el deber de indignarse por las cosas que dices, incluso cuando saben que son verdades, porque temen que esas verdades nos harán despreciables a los ojos del mundo, o que corren a acallar las exageraciones que a veces prodigas porque no tienen la paciencia de enfrentarlas y contrariarlas. En nuestro país es fácil que los mismos que nunca censuran el crimen, que nunca denuncian la corrupción y que nunca rechazan la crueldad palidezcan de indignación ante alguien que no recurre a la violencia y que se limita a utilizar el lenguaje como único instrumento.
Yo no voy a defender a Colombia de tus acusaciones. Harto procuro yo también criticar no solo las atrocidades y los crímenes, sino la pasividad y la estulticia de la comunidad que las padece y que se resigna a ellas de un modo indignante e indigno.
Pero sé que no es necesario decirte que otra Colombia que no trafica ni mata, que no manipula ni acalla, también existe, aunque es responsable, por no ser capaz de ponerle remedio, con grandeza y con espíritu solidario, a tantos y tan repugnantes males que padecemos. Necesitamos que sigas siendo la mala conciencia de Colombia, y para eso es obligatorio que sigas siendo colombiano. No en los papeles ni en los sellos de los notarios, sino colombiano en la nostalgia, en la indignación, en la elocuencia con que nos recuerdas que estamos vivos y que la injuria, el reproche y la cólera también son instrumentos del espíritu.
Quiero añadir algo, quizá menos para ti que para los colombianos que leerán esta carta. Recuerdo este comentario de Borges sobre el escritor norteamericano H. L. Mencken. "Suelo preguntar y preguntarme: ¿Sería concebible en este país un H. L. Mencken, un aclamado especialista en el arte de calumniar y de vituperar a su país? Me parece que no. El patriotismo, el pseudopatriotismo argentino es una pobre cosa despavorida que está a merced de un epigrama casual, de un puntapié montevideano o de un puño izquierdo de Dempsey. Una sonrisa, un inocente olvido, nos duelen. La popularidad de Mencken es obra de su denigración pertinaz de los Estados Unidos; un Mencken argentino –con éxito– es inimaginable". Yo no digo que seas un Mencken colombiano. Digo que los Estados Unidos tuvieron en Mencken su Vallejo, parejamente agonista, gramático y teólogo, aunque no como tú teólogo sin dios y heresiarca. Es muy bueno que tanta gente te escuche y te respete en Colombia. Podría ser, a pesar de todas nuestras miserias, un símbolo de madurez, de mejoría psíquica. De modo que gracias otra vez por tu cólera saludable, y nunca olvides que mi casa te espera.
Necesitamos que sigas siendo la mala conciencia de Colombia, y para eso es obligatorio que sigas siendo colombiano.

William Ospina

Renunciar a "ser" Colombiano: una carta de Fernando Vallejo o la interminable historia de odios y amores I


Pintura en www.jmkintana.com

"A México llegué el 25 de febrero de 1971, vale decir hace 36 años largos, más de la mitad de mi vida, a los que hay que sumarles un año que viví antes en Nueva York. ¿Y por qué no estaba en Colombia durante todo ese tiempo? Porque Colombia me cerró las puertas para que me ganara la vida de una forma decente que no fuera en el gobierno ni en la política a los que desprecio y me puso a dormir en la calle tapándome con periódicos y junto a los desarrapados de la Carrera Séptima y a los perros abandonados, que desde entonces considero mis hermanos. Me fui a Nueva York a tratar de hacer cine, que es lo que había estudiado, y de allá me vine a México y en pocos años conseguí que Conacite 2, una de las tres compañías cinematográficas del Estado mexicano, me financiara mi primera película, Crónica roja, de tema colombiano. Entonces regresé a Bogotá a tratar de filmarla con el dinero mexicano. ¡Imposible! Ahí estaba el Incomex para impedirme importar el negativo y los equipos; la Dirección de Tránsito para no darme los permisos que necesitaba para filmar en las calles; el Ministerio de Relaciones Exteriores para no darme las visas de los técnicos que tenía que traer de México; la policía para no darme su protección durante el rodaje y el permiso de que mis actores usaran uniformes como los suyos y pistolas de utilería pues había policías en mi historia... Y así, un largo etcétera de cuando menos veinte dependencias burocráticas con que tuve que tratar y que lo más que me dieron fue un tinto después de ponerme a hacer antesalas durante horas. Entonces resolví filmarla en México reconstruyendo a Colombia. En Jalapa, la capital del Estado de Veracruz, por ejemplo, encontré calles que se parecían a las de los barrios de Belén y de la Candelaria de Bogotá y allí filmé algunas secuencias. Con actores y técnicos mexicanos, con dinero mexicano e infinidad de tropiezos logré hacer en México mi película colombiana a la que Colombia se oponía, soñando que la iban a ver mis paisanos en los teatros colombianos. ¿Saben entonces qué pasó? Que mi mezquina patria la prohibió aduciendo que era una apología al delito. Una apología al delito que se basaba en hechos reales que en su momento la opinión pública conoció y que salió en todos los periódicos, la del final de los dos hermanos Barragán, unos muchachitos a los que la policía masacró en un barrio del sur de Bogotá. A cuantas instancias burocráticas apelé, empezando por la Junta de Censura y acabando en el Consejo de Estado, la prohibieron. Nadie en Colombia, ni una sola persona, levantó su voz para protestar por el atropello, que no era sólo a mí sino al sueño de todos los cineastas colombianos, quienes por lo demás, sea dicho de paso, también guardaron silencio. Como yo soy muy terco volví a repetir el intento con mi segunda película colombiana, En la tormenta, sobre el enfrentamiento criminal entre conservadores y liberales en el campo cuando la época llamada de la Violencia con mayúscula, y con igual resultado: no me la dejaron filmar, la tuve que hacer en México y me la prohibieron, aduciendo que el momento era muy delicado para permitir una película así. Como yo sólo quería hacer cine colombiano y no mexicano, ni italiano, ni japonés, ni marciano, desistí del intento. En alguno de mis libros, aunque ya no me acuerdo en cuál, conté todo esto pero con más detalle: los camiones de escalera y los pueblitos colombianos que tuve que construir, los platanares y cafetales que tuve que sembrar en las afueras de la ciudad de México, los ríos quietos como el Papaloapan que tuve que mover para que arrastraran los cadáveres de los asesinados con la ira del río Cauca, la utilería que tuve que mandar a hacer o traer de Colombia a México, como las placas de los carros y las botellas de cerveza... Nunca acabaría de contarte cosas. Te lo resumo en una sola frase: Colombia, la mala patria que me cupo en suerte, acabó con mis sueños de cineasta.

Entonces me puse a escribir y durante diez años investigué, día tras día tras día, en un país o en otro o en otro, en bibliotecas y hemerotecas de muchos lados, sobre la vida de Barba Jacob, mi paisano, el poeta de Antioquia, que durante tantos años vivió en México y que aquí murió, y acabada mi investigación de diez años en uno más la escribí y me puse a buscar quién la editara. Se acercaba el año 1983, el del centenario del nacimiento de Barba Jacob, y el Congreso colombiano se interesaba en ello. No creían lo que yo les contaba del poeta ni los años que llevaba siguiéndole sus huellas. Me pidieron que les mandara pruebas y les mandé entonces fotos e infinidad de documentos. Nada de eso me devolvieron, con todo se quedaron y el libro lo pensaban publicar en mimeógrafo. Les contesté que eso no sólo no era digno de Barba Jacob, un gran poeta, sino de ellos mismos, unos aprovechadores públicos que se designaban como el Honorable Congreso de la República. Que se respetaran. Entonces publiqué mi biografía Barba Jacob el mensajero en México con dinero de amigos mexicanos. Cuantas veces me ha podido atropellar Colombia me ha atropellado. Hace un año me quería meter preso por un artículo que escribí en la revista SoHo señalando las contradicciones y las ridiculeces de los Evangelios. Eso dizque era un agravio a la religión y me demandaron. ¡Agravios a la religión en el país de la impunidad! En que los asesinos y genocidas andan libres por las calles, como es el caso de los paramilitares, con la bendición de su cómplice el sinvergüenza de Álvaro Uribe que han reelegido en la presidencia. Desde niño sabía que Colombia era un país asesino, el más asesino de la tierra, encabezando año tras año, imbatible, las estadísticas de la infamia. Después, por experiencia propia, fui entendiendo que además de asesino era atropellador y mezquino. Y cuando reeligieron a Uribe descubrí que era un país imbécil. Entonces solicité mi nacionalización en México, que me dieron la semana pasada. Así que quede claro: esa mala patria de Colombia ya no es la mía y no quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero vivir en México y aquí me pienso morir".

Fernando Vallejo
México, mayo 6 de 2007

lunes, 4 de junio de 2007

Todas las aves


www.jenaromejia.com

Mataremos a todas las aves
A todas. A todas, dijeron los cuervos, al anochecer.
Y en el silencio de la noche oí como alguien en el jardín estaba matando mis aves.
Y supe que ahora todas mis mañanas estarían sin canción.
Y sentí como la tristeza se apoderaba de mi alma.
A todas. A todas las aves, dijeron.
Y sentí como batían alrededor de mi sus alas oscuras,
y como detrás de ellas me observaban los ojos amarillos de los cuervos.
¿Qué buscas, cuervo?, pregunté. Bajo la corteza de mi cráneo no escondo ningún ave.
A todas. A todas las aves. Las mataremos a todas, dijo.
Y temí que una noche me partiera el cráneo a través de oscuros sueños
Y que fuera a buscar con su pico demencial,
si en el nido de mis pensamientos no se esconden las aves canoras.
A todas. A todas las aves desollaría.
Ahora siento por todas partes en mi nuca, los ojos amarillos del cuervo.
Mi alma esta atravesada.
Mi alma es un ave muerta.
A todas. Las mataremos a todas.
A todas las aves graznan los cuervos bajo el cielo oscuro.

Dane Zajc