jueves, 12 de abril de 2007
Paternidad y muerte
Me dice que tampoco duerme tranquilo, que no deja de pensar en lo injusto que ha sido la muerte de su hijo, se lamenta por el tiempo perdido, por no poder ser padre, o por aprender una noción de paternidad vaga, poco perseverante en el tiempo, tardía. Recuerda también en la paternidad de su padre, en las mañanas de domingo, en el pan, los buñuelos y el chocolate, para expiar las culpas y el hambre. Palabras amorosas no salían. solo el beso de la llegada y la despedida. Cinco pesos para ir al cine. Los afiches en las paredes, referentes guerreros, solo soñaba con varones de guerra. Lo cierto es que obtuvo varones con miedo, dientes reventados y rostros deformados por la muerte.
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