Escuchó la conversación que tenía con Pedro. Viró el cuerpo, un tanto incómodo, untado de barro, las ropas rasgadas, casi desnudo, también se sintió convocado al diálogo que teníamos en ese momento, vió su historia, como cuando un espejo se rompe de manera violenta en nuestros ojos, como una verdad implacable. Con las manos y el rostro untado de barro, con palabras húmedas, lentas, Kimi nos dijo: "Son muchas las cosas que nos distinguen de los civilizados; ellos hablan de paz todos los días, pero la paz no se consigue hablando de ella sino viviéndola como hacemos nosotros. Ellos hablan de paz mientras se preparan y hacen la guerra. ¿Para qué tanto papel, tantas armas, acuartelamiento y millones gastados en la guerra, sin parar de hablar de paz? Aquí no hablamos de paz, nosotros la practicamos y la vivimos ¿Por qué no aprenden de nosotros en lugar de matarnos?"
jueves, 29 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario