Hijo, el agua aserenada es buena porque tiene la dulzura y la claridad de la luz de las estrellas.
Mientras miro el fuego, recuerdo los ojos de mi abuela y la mirada dulce que siempre tenia, la cual se endulzaba mas cuando me contaba historias o me daba consejos. Recuerdo su rostro sonriente mientras con un cucharón de palo revolvía el café, cuando este empezaba a hervir, pangaba el anjijibre y le echaba un pedazo de panela. Estos recuerdos son tan fuertes que suelo sentir el olor del café, que llenaba toda la cocina cuando empezaba a hervir.
Decía mi abuela que las historias sagradas solo pueden ser contadas en la noche, porque en la noche habla el corazón y desde el corazón, la Madre saco las historias para dársela a sus hijos. Para que sus hijos desde el corazón las recuerden y mantengan la armonía del universo contándolas y viviéndolas como ella las dejó. Y desde el corazón hablaba mi abuela, por eso cada una de sus palabra era dulce como la panela que utilizaba en el café, por eso, entraba de manera suave a mi mente y al corazón.
Alguna vez me dijo que en muchos pueblos indígenas se designaba "alma y palabra" con el mismo termino, que por eso las palabras debían ser verdaderas porque eran como el alma y para mi abuela, el alma es transparente. Decía también que la verdad no se puede callar y hay que decirla, porque si no la decimos le estamos mintiendo a la Madre y ella se pone triste o se puede enojar con nosotros (creo que por eso siempre estoy en problemas).
Esas palabras de mi abuela las recordaba a principios de este año, cuando tuve la oportunidad de asistir a la posesión de un Gobernador indígena y escuche como el nuevo Gobernador, juraba defender la comunidad así fuera con su propia vida, estoy seguro que así seria, porque, por mucho tiempo los indígenas, protegidos solamente con un bastón de mando o con un poporo han sido capaces de defender su tierra, su comunidad y a su gente. Y esta fidelidad a la palabra y al compromiso que asumen lo que ha llevado a muchos de estos lideres a la tumba. Como olvidar a Kimy Pernia Domicó o a Freddy Arias y a muchos más, que por estar denunciando los atropellos cometidos a sus comunidades fueron asesinados. es la hora y aún el gobierno no responde por estos crímenes, diciéndonos donde están los culpables e imponiéndoles el debido castigo. Mientras pienso esto, recuerdo las palabras de mi abuela.
Hoy en día, siento tristeza cuando escucho o miro en la radio y la televisión, o leo en los periódicos las declaraciones de muchos políticos y dirigentes del país diciendo que no hablaron porque tenían miedo. No siento mas que pena por ellos, porque no fueron capaces de defender a las personas que con su voto los llevaron al cargo que hoy ocupan y ese silencio ha dejado a muchos hogares y familias destruidos y ha convertido a todo el territorio colombiano en un gran cementerio donde yacen muchos cuerpos de personas que confiaron a través del voto su vida a un dirigente político que hoy la única excusa que argumentan es el miedo a los paramilitares o decir que no sabían de la situación que sus comunidades estaban viviendo, como alguna ves escuche decir a algunos dirigentes políticos del Departamento del Cesar y Valledupar "nosotros no sabíamos que a los kankuamos los estuvieran matando", esto es difícil de creer cuando los asesinatos en su mayoría fueron cometidos a 15 minutos de Valledupar o que puedo pensar de los senadores que nunca fueron capaces de denunciar esos hechos y tienen hoy el descaro de decir que siempre han sido serios y honestos. La abuelita me repetía siempre, "no puedes decir que eres serio y honesto, sino eres capaz de denunciar la injusticia que ocurre frente a mis ojos".
A pesar de toda la mentira y engaño que existe en el país, mi abuela, me recomendaba que nunca perdiera la esperanza y la capacidad de soñar. Porque la persona que no sueña, es una persona que pierde la alegría de vivir, y los sueños solo son posibles construirlos desde la alegría que produce la capacidad de compartir. Pienso que esa alegría de compartir era lo que hacia que los ojos de la abuelita brillaran, cuando nos contaba las historias guardadas en su corazón, historias que son para mi el tesoro mas valioso que tengo y que es el único tesoro que la violencia no me podrá quitar y no me la podrá quitar porque siempre habrá en este país un lugar hermoso y los lugares hermosos son mágicos y todos los lugares hermosos son una puerta para entrar a Kankumia... Kankuamia, la ciudad invisible de la memoria y la alegría, la ciudad transparente como el alma y como debe ser la palabra, la ciudad donde hablan y habitan las historias de los abuelos que hablan desde el corazón y con el corazón lleno de generosidad; generosidad que nos regaló la Madre cuando les dejo a los primeros hombres sus historias y les encargo que las contaran siempre en las noches, para que asi las palabras fueran endulzadas por la dulce luz de las estrellas y tuvieran la tranquilidad que trasmite la luz de la luna para de esta manera ir armonizando el corazón de las personas y sobre todo el corazón de la Madre que hoy tanto lo necesita por la indiferencia que el hombre experimenta hacia ella.
(Autor: Daniel Maetre Villazón, desde KANKUAMIA)
Tomado de este sitio
jueves, 26 de julio de 2007
lunes, 23 de julio de 2007
Imágenes de mi país o el barco de la locura expulsado una y otra vez de cada puerto.
Foto: periódico El tiempo
Asi, soy de un país efímero
Construido en respetuosas reuniones
Cuya utopia gira y se debate
entre la muerte y el lucro, el lucro y la muerte
En el que los sueños se evaporan entre plomos calientes
Y en la historicidad condensada en cada segundo
En esta soledad , de ausencias y tristezas,
También la vida araña la muerte.
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